El Banco Central Europeo (BCE) recortará su plan diseñado para impulsar las economías de la eurozona.
A
partir de enero del próximo año, reducirá la cantidad de activos que
compra todos los meses a € 30 mil millones del nivel actual de € 60 mil
millones.
El programa, que
apuntaba a defenderse de la amenaza de la deflación de la eurozona y
ayudar a impulsar el empleo, podría finalizar a fines del próximo año.
El presidente
del BCE, Mario Draghi, ha dicho que no habrá un final repentino para la
compra de bonos. Si las condiciones económicas se vuelven menos
favorables, o si no se avanza hacia la meta de inflación del BCE, podría
aumentar las compras de bonos nuevamente, dijo.
La economía aún necesita mucha ayuda de las políticas del BCE. Entonces el BCE aliviará un poco la presión sobre el acelerador, pero solo un poco.
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